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La Abeja es Vida va a trasladar nuevamente a la Conselleria de Agricultura la principal exigencia del sector: el fin del acuerdo de la pinyolà. La asociación de apicultores considera que esta es la medida imprescindible para afrontar el Plan de Viabilidad de la Apicultura Valenciana, presentado a la Generalitat con la firma de las principales organizaciones agrarias, que por primera vez dan el respaldo explícito a su derogación.

La Abeja es Vida trasladará mañana, en una reunión con el director general de Agricultura de la Generalitat Valenciana, la necesidad de medidas urgentes de apoyo a la apicultura en la Comunitat para garantizar la supervivencia del sector. El presidente de la asociación, Alejandro Boronat, considera que “los apicultores hemos llegado a una situación límite y necesitamos que la Generalitat acabe definitivamente con un acuerdo de la pinyolà que ya dura 27 años y no nos permite trabajar. Esa es la primera medida del Plan de Viabilidad del sector que la consellera tiene sobre la mesa; es urgente que se tomen medidas de apoyo a la apicultura y la polinización natural. No podemos quedarnos al margen de todas las políticas medioambientales que se impulsan desde Europa en defensa de las abejas”.

Una de las propuestas que La Abeja es Vida a la administración valenciana es el impulso al sello bee friendly. El vigente acuerdo sobre la pinyolà es una barrera insalvable para que que la gran mayoría de productos agrícolas valencianos puedan acceder a la certificación bee friendly. Este sello se otorga únicamente a la producción agrícola y ganadera en entornos respetuosos con las abejas y sus ecosistemas. Alejandro Boronat, presidente de La Abeja es Vida, considera que “impedir el trabajo de los apicultores en las zonas citrícolas es radicalmente opuesto a los requisitos que imponen los certificados bee friendly y hace que la Comunidad Valenciana sea un caso único en Europa de persecución contra las abejas”.

Los certificados bee friendly están incrementando su implantación en Europa, a raíz de su progresiva popularización entre los consumidores. Surgieron en 2014, como una reacción a la alarma internacional desatada por la drástica reducción de las colonias de abejas en todo el mundo. Desde 2013 la Comisión Europea ha tomado medidas de protección a la apicultura, entre otras la prohibición del uso de pesticidas neonicotinoides, especialmente agresivos contra los insectos.

En opinión de Alejandro Boronat, presidente de La Abeja es Vida, “la Conselleria de Agricultura lo es también de Medio Ambiente, por lo que debería valorar todo el perjuicio medioambiental que supone impedir el trabajo apícola y que las abejas realicen su función natural de polinización. Mientras desde la Unión Europea hay un creciente apoyo a la apicultura y se impulsan actuaciones bee friendly, en la Comunidad valenciana tenemos una norma regresora que perjudica a las abejas gravemente”.

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